viernes, octubre 16, 2015

CANCIONES QUE DEJAN HUELLA (X): REVIVAL SESENTERO EN LOS 80









En 1978, The Fleshtones grabaron su primera versión de lo que puede ser considerado un himno a las raíces del rock americano, “American Beat”, en el que, en una interminable retahíla de nombres mencionan a todos aquellos grupos que influyeron en estos precursores del revival del garaje y el “frat” sesenteros. El nombre de este último estilo proviene de la música que hacían las “fraternidades” estudiantiles de las Universidades norteamericanas para amenizar sus fiestorras y juergas, inmortalizadas en la película “Bachelor Party” (Despedida de Soltero, 1984).

Según mencionábamos en el capítulo anterior, ya en 1979, los californianos Crawdaddys, en su “Crawdaddy Express”, incluyeron algunas versiones de canciones de los 60 como “You Can´t Judge a Book by the Cover”, compuesta en 1962 por Willie Dixon para el gran Bo Diddley. En 1963, los Yardbirds sacaron una versión grabada en directo en el “Crawdaddy Club” de Londres (ya sabemos de dónde sacaron el nombre los de San Diego).

En enero de 1980, los Ramones, pioneros del punk más genuino del 77, nos dejaron a todos descolocados al grabar una versión del “Baby, I Love You”, con acompañamiento de cuerda y producida por el mismísimo Phi Spector (!!!), quien la compuso en 1963, junto a Jeff Barry y Ellie Greenwich, para las Ronettes.

Meses más tarde, en noviembre de 1980, los Barracudas cantan a voz en grito y sin tapujos que “I Wish It Could Be 1965 Again”.

En 1983, R. E. M. hicieron una versión del “There She Goes Again” de la “Velvet Underground”.
En 1984, los galeses The Alarm tocaron una versión de “The Bells of Rhymney”, un tema folk compuesto por Pete Seeger, en 1958, que ya habían versionado The Byrds, en 1965, grupo este idolatrado por los Long Ryders, que ya mencionamos en el capítulo anterior. Al escuchar todas estas canciones, empecé a darme cuenta de los grandes tesoros que se escondían en los numerosos y oscuros recodos de la mágica y prodigiosa década de los 60, al margen de los manidos e hiperconocidos Beatles, Rollings, Dylan y todo el Soul negro ¡Que no es poco! Pero había más!

Recuerdo que el auténtico shock se produjo al descubrir a The Sonics, a través de la versión del “Strychnine” que realizaron los Fuzztones en 1984, y de la que hicieron los Nomads en 1983, para aquella fabulosa recopilación de garaje llamada “The Rebel Kind”, del “Have Love Will Travel”, compuesta por Richard Berry en 1959 y versionado por los de Tacoma en 1965.

Visto con la perspectiva del tiempo, lo cierto es que la evolución desde el “afterpunk siniestro” al “garage rock” (pasando por el breve interludio de rock con raíces country del que versó el capítulo anterior), y siguiendo el trayecto Cramps - FuzztonesNomads - Lyres, no deja de tener cierta lógica, y no fui el único que lo siguió. Ciertamente, la profunda voz de Gerry Roslie (Sonics) tiene un cierto tono primitivo y tétrico, que conecta con la onda oscura del post-punk, como un ancestral aullido, parece incitarnos a buscar las raíces más profundas, explorando las catacumbas del rock.

The Sonics, a su vez, estaban fuertemente influenciados por un grupo de su misma zona (Oregón y N.O. de USA), formado por músicos con algo más de edad y experiencia que ellos, The Wailers, que tocaron canciones ciertamente adelantadas a su tiempo como “Hang Up” (1965), que fueron el precedente del llamado “garage rock” y del rock´n´roll sórdido y decadente que amenizaba los “titty shakers shows”, que tanto inspiró a The Cramps (quienes, inevitablemente, terminaron haciendo una versión del tema en 2003, ver enlace anterior).

Por eso, cuando en 1987, los californianos Thee Fourgiven tocaron una salvaje versión del “Hang Up” esta canción, podríamos decir que se cierra el círculo del revival del sixties punk en los 80.

De este complejo asunto de los precursores del punk ya hablamos en la entrada del enlace anterior. Ya a principios de los 50, había jóvenes audaces y descarriados que cantaban temas con títulos como “Live Fast, Love Hard, Die Young”, de Faron Young, heredero, a su vez, de una filosofía de vida (y de muerte), a juzgar por el escaso aprecio por la propia salud que demostraban tipos taciturnos como el legendario Hank Williams, a finales de los 40.

En los 60, hemos mencionado ya el “Hang Up” de The Wailers, y a sus seguidores The Sonics, aunque lo cierto es que la primera vez que se utilizó el término “punk” fue con un grupo de chicanos, pioneros del “garage rock”, llamados “Question Mark (?) and the Mysterians”, quienes alcanzaron la cima del éxito mundial en 1966 con su temazo “96 Tears”.

Otro auténtico himno de la época fue el “Louie Louie”, compuesta por Richard Berry en 1955, pero que alcanzó la fama gracias a los Kingsmen (1963), The Kinks, Beach Boys, Otis Redding (1964), The Ventures (1965) y The Sonics (1966), entre otros muchos artistas, incluyendo la versión en castellano “Luisa Se Va” que hicieron Los Elegantes en 1986.

A mediados de los 80, hubo un auténtico aluvión de grupos, pero el verdadero meollo del revival sesentero estaba en EEUU, donde podríamos decir que había dos “ligas” principales (como en la NBA):

Por un lado estaba la costa Este, donde destacaban los ya mencionados Fleshtones y Fuzztones, junto con los Chesterfield Kings y The Vipers, todos ellos en el área de Nueva York. En la cercana Pittsburg (Pensilvania) estaban The Cynics. Mientras que en Boston teníamos a los Lyres, grupo heredero de los DMZ, ambos liderados por el genial y egocéntrico Jeff Connolly. De todos ellos ya he hablado largo y tendido en este blog (ver enlaces), quizás destacar uno de los temas que mejor refleja esta nostalgia revivalista por los 60, como el “Nothing´s From Today” de The Vipers.

Dentro de la escena más “beat” teníamos a los Spongetones, en Carolina del Norte, con su dinámica “(My Girl) Maryanne”. Mientras que en la rama más psicodélica, en Milwaukee (Wisconsin) estaban los Plasticland.

En la costa Oeste, el llamado movimiento “Paisley Underground” (nombre que se le ocurrió casualmente durante una entrevista a Michael Quercio de The Three O´Clock), que ya contaba con grupos de influencia claramente sementera, como las chicas de las Pandoras, evolucionó de manera natural desde el country-rock-pop-psicodélico hacia un garaje psicodélico más ácido y sesentero. El nexo de unión lo consituyeron The Unclaimed, grupo en el que militaban inicialmente Sid Griffin (Long Ryders), Shelley Ganz, Lee Joseph (Yard Trauma y fundador del sello discográfico “Dionysus Records”) y Rich Coffee (Thee Fourgiven), que, posteriormente, tras la disolución del grupo dieron lugar a las bandas que figuran entre paréntesis. Uno de los principales catalizadores de la escena fue un activo personaje llamado Greg Shaw, fundador de sellos discográficos independientes como “Bomp” y “Voxx”, y dueño del mítico “Cavern Club” de Hollywood (1ª foto), donde emergieron bandas como Thee Fourgiven, Yard Trauma, Zebra Stripes, Tell-Tale Hearts, Crawling Walls, Untold Fables y The Things, entre otros. Mientras que la gloriosa antorcha del Garaje del Noroeste era mantenida con gran orgullo y brillantez por The Miracle Workers.

En España, este movimiento revival tuvo un morbo especial, yo diría que fue una especie de venganza o revancha histórica en la que nos desquitamos por no haber podido disfrutar ni vivir plenamente la explosión de libertad y creatividad que significó la década de los 60 en otras partes del mundo, debido a la férrea coraza que supuso la dictadura del General Franco. Los pioneros de este movimiento aquí fueron los efímeros The Nativos, desde Valladolid; en Madrid, los Sex Museum (aún en activo y recientemente nominados como la mejor banda de rock española); y Los Negativos, en Barcelona. Estos dos últimos tocaron juntos en un memorable concierto celebrado en el Colegio Mayor Chaminade de Madrid, los días 17 y 18 de enero de 1986 (ver cartel en foto 7ª), aquel acontecimiento sembró en mi la semilla para formar The Rescuers, pocos meses después, junto a un amigo de correrías nocturnas por Malasaña, Ramón Díez, parisino hijo de emigrantes del Bierzo, quien, al igual que yo, había sucumbido a los encantos de aquella “mancha de aceite violeta” que se estaba extendiendo por toda Europa.

Dentro de la escena española, destacaron personajes como Kike Turmix, quien formo, en 1986, junto a los norteamericanos Norah Findley (quien poco más tarde fundaría junto a unas amigas Las Víboras, y montó los prestigiosos locales de ensayo del “Rockpalace”) y Mike Sobiesky, The Pleasure Fuckers, que entonces ensayaban muy cerca de nosotros en los míticos locales “Faico” de Embajadores (en el piso de arriba estaban los “Sex Museum”), recuerdo especialmente aquella canción que dedicaron a nuestra bella amiga californiana Amanda, que decía aquello de: “Amaaaaanda, princess of the universe, Amaaaaanda, she'll never be a nurse!”. En en más de una ocasión, nos prestaron su furgoneta a The Rescuers para las pocas veces que tocamos fuera de Madrid (Bilbao, Guadalajara, Cuenca, Humanes)¡Muchas gracias queridos amigos!

Dentro de la rama más “Beat”, estaban los madrileños Los Potros, liderados por José Lanot (ex-Sex Museum); con el tristemente fallecido Paquiño (ex-Rescuers) al bajo. En la capital, también debo mencionar la figura del gran músico Paco Poza, fundador primero de The Karnsteins (con quienes The Rescuers compartimos aquel primer local en los mencionados “Faico”) y después, junto a nuestro ex-batería GonzaloLagarto”, formó Los Imposibles (todavía en activo). Desde Palma de Mallorca, aunque a la guitarra estaba Javier Bólido, otro ilustre personaje de la escena madrileña, estaban los Ex-Crocodiles.

Otros buenos amigos fueron Los Macana, con su cuartel general en Getafe. Mencionar también otras bandas de la escena de aquella época como: La Granja, Las Ruedas, Los Nervios, Espasmódicos, Sex Tatoo, Moscardones (pre-Soul Bisontes), The Furtivos, Los Fossiles y Los Mestizos, entre otros.

El garito de referencia, de reuniones nocturnas, divertimento y de paso obligado para las actuaciones en directo, en Madrid, de todas estas bandas fue sin duda el mítico “Agapo”, en la Calle Madera del barrio de Malasaña.

Todos los dibujos by Mad Hatter, excepto la de la portada del recopilatorio “Garage Sale”, obra de Rudi Protrudi, cantante de The Fuzztones. Este tipo de recopilatorios fueron de gran importancia en la difusión de este tipo de música, tanto de grupos de los 60: “Pebbles”, “High from the Mid Sixties”, “Nuggets” y “Back from the Grave”; como de bandas de los 80: “Rebel Kind”, “Garage Sale” y “Sounds of Now”.

Capítulos anteriores de esta serie: I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII y IX.

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