sábado, febrero 25, 2017

LA CLAVE ES LA ATENCIÓN



El viernes 24 de febrero, la Universidad Popular de Logroño organizó una charla, en el salón de usos múltiples del Ayuntamiento de la capital riojana, del filósofo y pedagogo hinduista Sesha (en la foto), con el título “La atención encaminada al bienestar personal”.

La atención es necesaria para aprender, adquirir conocimientos y realizar todo tipo de actividades. Siendo algo tan imprescindible para la educación, resulta paradójico que nuestra cultura occidental nunca le haya prestado atención (valga la redundancia), sino que la atención era como el valor en la mili, se presupone. De modo que la educación siempre se ha centrado en la transmisión de conocimientos, en moldear la mente y el comportamiento, pero la atención se puede educar y mejorar para que sea realmente eficiente.

Históricamente, la atención se ha incitado e incluso exigido mediante la estrategia del “palo y la zanahoria”, con el castigo y el premio, fomentando el esfuerzo y la competitividad. De manera que la atención y el aprendizaje nos produce estrés, cansancio e inseguridad.

Sin embargo, los niños pequeños, hasta los 6 ó 7 años, son capaces de aprender si esfuerzo varios idiomas y muchas otras materias. El motivo es porque están siempre muy concentrados, de manera natural, sin esfuerzo, debido a que su atención es pura e inocente, no está intoxicada por información ni sentimientos irrelevantes, en ellos no existe el sentimiento de culpa, la vergüenza, los complejos. Viven el momento presente, en ellos todo es novedoso, no hay recuerdos ni experiencias previas con los que comparar o que nos rememoran ideas o sentimientos “tóxicos”.

Esas son las causas de que nuestra atención sea ineficiente, constantemente nos distraemos con información irrelevante, introducimos sentimientos, recuerdos y preocupaciones ajenos al lugar y al momento presente, es decir, fantaseamos. La fantasía es lo contrario de la concentración.

Cuando centramos nuestra atención en lo que estamos haciendo en ese momento decimos que estamos concentrados. En ese estado de concentración no damos lugar a que surjan pensamientos negativos (quejas, tristeza, depresión, desasosiego).

¿Existen formas para mejorar nuestra atención sin esfuerzo e incluso de manera divertida? Pues sí, hay 5 cosas que consiguen que prestemos atención de manera natural y eficaz:

1) Sorpresa: Recordamos mejor aquello que nos sorprende.

2) Asombro: Es algo que no nos producen las personas sino fenómenos o acontecimientos naturales que nos causan una gran impresión por su belleza o su fuerza.

3) Novedad: Lo novedoso siempre impacta más. Todos recordamos la primera vez que visitamos una ciudad, un lugar o conocimos una persona.

4) Juego: Lo lúdico crea un ambiente muy especial y mágico en el que, a menudo, podemos incluso perder la noción del tiempo o de nosotros mismos.

5) Alegría: Mediante el humor creamos un ambiente distendido y propicio para mejorar las relaciones humanas, la atención y el aprendizaje.

Cuando estamos concentrados perdemos la noción del tiempo, de nosotros mismos y de la propiedad. No pensamos en la meta sino en la propia acción que estamos llevando a cabo.

Incluso cuando estamos concentrados en el interior de nosotros mismos, lo que llamamos “meditación”, también desactivamos nuestro “ ego” y conectamos con nuestro “verdadero ser”.

Hay personas que son capaces de permanecer mucho tiempo concentrados, encadenando una serie de concentraciones en asuntos de diversa índole. Es lo que se llama el estado de “flujo”, en el que se pierde la conciencia del yo (ego) y se esfuma el sentimiento de posesión o sentido de la propiedad.

En definitiva, la concentración mejora nuestro nivel de existencia, mejorando nuestra sabiduría, nuestro comportamiento y nuestra salud física y mental.

Una de las formas más naturales y saludables de aumentar nuestra capacidad de atención, agudizar nuestros sentidos y mejorar nuestra percepción de la realidad, es através del contacto con la Naturaleza.

Una de las cosas a las que hay que estar atentos, en nuestros paseos por la Naturaleza, ahora que empieza a calentar el sol, es con las Víboras que salen a solearse a la entrada de sus guaridas, entre las rocas, porque nunca hay que dejar de tener el ego suficiente como para mirar por nuestra propia vida. Además, la única canción que conozco dedicada a la sorpresa es esta de The Vipers (New York, 1984). Resuena en el sombrero: “Surprise, surprise”.

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