viernes, agosto 21, 2015

ARTE Y NATURALEZA












Últimamente estoy interesado (y parece que no soy el único, como muestra la artista australiana Martina Oehlinger) en la estética natural, formas y colores que se presentan espontáneamente en el medio natural, sin ninguna intervención humana, por lo que supongo que, por definición, no pueden considerarse arte, sino que simplemente se trata de apreciar y admirar la belleza natural.

Inevitablemente, ciertas creaciones de la Naturaleza nos inspiran o nos evocan sensaciones, sentimientos e incluso ideas, podría decirse que tomamos prestadas las formas, colores y texturas que generosa y gratuitamente nos ofrece la “Madre Naturaleza” para, a través de nuestra mente, transformarlas en arte o, mejor dicho, imaginamos o elaboramos en nuestra mente una recreación artística de determinados “caprichos de la Naturaleza” que nos llaman más o menos la atención (cinco primeras fotos).

Otra cosa distinta son las obras de arte, creaciones humanas que se integran en paisajes o elementos naturales como el famoso Bosque de Oma en Guernika, pintado por Agustín Ibarrola entre 1982 y 1985 (foto 6); las exposiciones de “Arte en la Tierra” que se realizan en la zona de Ocón (La Rioja) desde el año 2003 (foto 7); o la moda de decorar árboles recubiertos con ganchillo de lana de colores (foto 8).

En ocasiones, el arte se utiliza como una medida de presión para que no se dañe un espacio protegido, como sucedió con el Gernika que los vecinos pintaron en el hayedo de Zilbeti (Navarra) para evitar que fuese talado por una empresa minera (foto 9).

Pero yo me pregunto ¿Hasta qué punto somos realmente originales a la hora de crear? ¿Nuestro sentido estético, las formas, colores y texturas que se nos ocurren no estarán siempre, de alguna manera, inspiradas en algo que hemos visto o percibido antes en la naturaleza? ¿Entonces, si esto es así, la consideración de arte quizás dependería principalmente del grado de esfuerzo que hemos invertido en la obra? Es decir, si nos encontramos un trozo de rama o una roca bonita y la colocamos en una vitrina no es arte, pero si fabricamos esa misma forma (o una parecida) con nuestras propias manos y herramientas, entonces sí que lo es?

Fotos: 1, 2, 3 y 4 by Mad Hatter. 5 by Martina Oehlinger.

Resuena en el sombrero: “State of Art”.- Friends Again (Glasgow (Escocia), 1983).

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