martes, septiembre 30, 2014

FLORECER A DESTIEMPO





Como decíamos en la entrada anterior, las peculiares condiciones meteorológicas que estamos teniendo este año, han propiciado una segunda floración de algunas plantas, entre las que mencionábamos algunas ruderales como amapolas y caléndulas.
En el huerto también continúan floreciendo los calabacines que este año han tenido una producción espectacular, una sola mata nos ha aprovisionado durante todo el verano y sigue haciéndolo durante parte del otoño!
El que sí ha florecido en su época habitual es el Shiso japonés o Perilla (Perilla frutescens), como se muestra en la tercera foto, con sus coloridas, aromáticas y deliciosas hojas.
Pero lo que creo que es bastante más inusual (se solicita información al respecto) es que plantas silvestres autóctonas, como la “Flor de San Juan” (Hypericum perforatum), así llamada por florecer normalmente a finales de junio, ha emitido nuevas flores en el extremo de las espigas de frutos, a finales de septiembre, algo que me parece que es francamente raro e inusual (SE SOLICITA INFORMACIÓN AL RESPECTO). Esta planta tiene propiedades medicinales, es cicatrizante, se utiliza para curar heridas y quemaduras, y también se le considera un “Prozac” natural, al ser prescrito en el tratamiento de la depresión y la ansiedad. Lo de “perforatum” viene porque las hojas y los pétalos tienen unas diminutas glándulas, de modo que, vistas al trasluz, aparecen como perforadas. Al estrujar una flor apretando con los dedos, éstos se nos quedan manchados de un líquido rojo oscuro que la creencia popular identifica con la “sangre de San Juan”.
En la escena política mundial también parece que estamos viviendo una segunda primavera, como la revolución pacífica (no sangrienta), llamada “de los paraguas”, que están protagonizando los jóvenes de Hong Kong (China), así como la preparación de nuevas plataformas de participación ciudadana para las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo en España, por no hablar del follón que hay montado en Cataluña. Sin duda estamos viviendo un tiempo de cambios, un momento histórico que hay que aprovechar para empezar a construir un mundo más justo y sostenible, en el que el clima no se revele contra nosotros ¡Ahora o nunca!
Resuena en el sombrero: “Who´s Gonna Stand Up (and Save the Earth)”- Neil Young (Toronto(Canadá), 2014).
Todas las fotos tomadas by Mad Hatter el día 28 de septiembre: 1: Flor de San Juan (Hypericum perforatum). 2: Calabacín (Cucurbita pepo). 3: Shiso o Perilla (Perilla frutescens).

viernes, septiembre 26, 2014

SETAS QUE PARECEN FLORES Y FLORES QUE SALEN EN ÉPOCA DE SETAS







El pasado martes fue el equinoccio de otoño, y para celebrarlo me di una vuelta por aquel mágico “hayedo de Daphne” para comprobar cómo ha sido este año la fructificación de la Laureola (Daphne laureola),… nada, no fui capaz de encontrar ningún fruto, todas las matas lucían exclusivamente sus satinadas hojas de un verde fresco e intenso (como las de la cuarta foto), pero pude ver otras cosas interesantes.

Las últimas lluvias y la disminución de las temperaturas han propiciado la salida de algunas setas cuyas formas nos recuerdan al sol, otros astros e incluso extrañas flores. Sí, en este hayedo mágico, brotan estrellas del suelo que, al romperse, se transforman en rosas petrificadas (ver dos primeras fotos, esta seta Geastrum lageniforme, podría ser el símbolo del actual socialismoguaperas”, que se acomoda, crece y se descompone poco a poco, sobre los residuos del capitalismo).

Bella y curiosa también es la forma de una de las Lepiotas que alcanza mayor tamaño, la “Lepiota de volva roja” (Lepiota ignivolvata), especie comestible pero cuya similitud a otras de este género, muy venenosas, desaconseja su consumo.

El atípico verano que hemos tenido, en el que julio y agosto han sido frescos y las temperaturas más altas se han producido durante las dos primera semanas de septiembre ha producido que algunas flores como amapolas y caléndulas estén teniendo una segunda floración, si bien, en los claros de los bosques, es frecuente una iridácea que siempre florece a primeros de otoño como es el Azafrán silvestre (Crocus nudiflorus) cuyos estilizados y elegantes capullos pueden verse en la quinta foto.

Resuena en el sombrero: “Who loves the sun”- Velvet Underground (New York, 1970).

Todas las fotos by Mad Hatter: 1 y 2: “Estrella de tierra” (Geastrum lageniforme = G. saccatum). 3: Lepiota ignivolvata. 4: Daphne laureola. 5: Azafrán silvestre (Crocus nudiflorus).

miércoles, septiembre 17, 2014

LOS EXTREMOS SE TOCAN XXVI: LA PARADOJA DEL ROJO ESPAÑOL




Un imponente rojo corporativo trataba de contrarrestar la sobriedad y frialdad de la solemne ceremonia. Las rayas diplomáticas enmarcadas en blanco, negro y rojo se plegaban conformando geometrías que en ocasiones recordaban una esvástica y en otras una hoz y un martillo. El gran despliegue tecnológico nos sumergía en el ambiente de alguna novela futurista del tipo de “Un mundo feliz” o “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, pero el omnipresente logo en forma de antorcha imperial, nos traía de nuevo a la realidad, asistíamos a la coronación de la nueva emperatriz de las finanzas, cuando aún no se había enfriado el cadáver de su padre. Un ilustre cántabro que el destino quiso que se fuera acompañado de otro gran peso pesado de la economía española, nacido en el vecino Principado de Asturias, Isidoro Álvarez, Presidente de “El Corte Inglés”.
Se dice que la muerte iguala a los hombres, pero lo cierto es que el enriquecimiento amasado durante toda una vida, raramente es individual sino que es heredado por los hijos o la familia (genes) que deja en este mundo.
En este caso, la heredera del Imperio Botín se asomaba, con una inescrutable y serena mirada de halcón, a una de esas grandes pantallas de plasma que la casta de los intocables utiliza para dirigirse a la plebe, con el doble objetivo de impresionar y no exponerse al riesgo de contaminación que suponen sus preguntas, ideas o el simple contacto.
En una de las entrevistas que han recordado estos días, el propio Emilio Botín reconocía que, realmente, el trabajo de banquero es más sencillo de lo que parece y, leyendo entre líneas, en el fondo traslucía la filosofía en la que está basado el enriquecimiento de la banca: “El que reparte se queda con la mejor parte”.
Resulta curioso este paralelismo estético entre el rojo del comité del partido comunista de China o de la extinta Unión Soviética y el rojo del consejo de administración del Banco de Santander. Especialmente ahora, cuando, tras décadas de alternancia bipartidista, la socialdemocracia ha demostrado una perfecta acomodación al capitalismo dominado por el poder financiero, mientras que la verdadera “izquierda” se ha dado cuenta que, si alguna vez quiere gobernar este país, debe ser capaz de renunciar a parte de su carga ideológica y cambiar de paradigma, abriéndose a la participación ciudadana.
Da la impresión de que, mediante el uso de la imagen, se trata de contrarrestar las rémoras históricas, aparentando lo que no se es, de manera que el mundo financiero no pone reparos en exhibir una sobria, aunque apabullante, estética de inspiración bolchevique; mientras que los “rojos” renuevan su aspecto con un cierto aire fresco y juvenil de sensata intelectualidad.
Pero dejémonos de gaitas, uno se mete en política por dos motivos fundamentales:
1º) Mejorar la sociedad en base a unos ideales.
2º) Satisfacer la legítima y lógica necesidad de crecimiento personal, de manera que tu opinión es tenida en cuenta para hacer política, porque, además, si no, otros la harán por ti.
En este caso, el orden de los factores es primordial, ya que el punto segundo puede transformarse en una desmedida ambición de poder, y el “crecimiento personal” es entendido por algunos como “enriquecimiento” a toda costa, de manera que hay políticos que invierten el orden y adaptan sus ideales en beneficio propio, es decir, lo importante es mantenerse en el poder, “manejar el cotarro” para que “los míos” (mi familia, mi clan) se coman un pastel cada vez más grande, lo cual repercute en beneficio de toda la sociedad, que vive de las migajas (también cada vez más grandes) que se caen de la mesa de un infinito festín.
Hay personas que no toleran la incertidumbre, necesitan manejarlo todo, tenerlo todo garantizado, asegurado y controlado. Se plantean la vida como una feroz competición, en la que el fuerte se come al débil. Su mundo es bipolar y maniqueo, sólo hay dos opciones: o estás arriba o estás abajo, o pisas o eres pisoteado, ganas o pierdes, eres de los buenos o de los malos.
Pero el mundo real no funciona así, los recursos son finitos, y siempre han existido, existen y existirán numerosos imponderables que no podemos controlar ni, en muchos casos, siquiera prever. Vivimos en un mundo cambiante en el que no sobreviven los más fuertes sino los que mejor y más rápido se adaptan a los cambios, y eso es algo que el ser humano ha logrado principalmente por su capacidad de cooperación con sus semejantes, inteligencia, lenguaje, comunicación, todo ello al servicio de vivir en comunidad para superar con éxito los problemas.
Por eso, cuando uno tiene claro cuáles son los objetivos y las prioridades, no debería importar quién lleva la iniciativa, quién está al frente o quién realiza cada labor, lo importante es trabajar en un equipo lo más grande, coordinado y cohesionado que sea posible para alcanzar esos objetivos.
Ahora mismo estamos viviendo un momento histórico crucial, una oportunidad única que debemos aprovechar para realizar los cambios socioeconómicos que determinen el futuro desarrollo sostenible de la humanidad.
En cualquier caso, los personalismos y el excesivo ensalzamiento de líderes carismáticos nunca son buenos.
Resuena en el sombrero: “Mal español”.- Love of Lesbian (Barcelona, 2014).
Anteriores entradas de esta sección:
I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX, XX, XXI, XXII, XXIII, XXIV y XXV.


lunes, septiembre 15, 2014

DEGUSTANDO EL PAISAJE


 

 

           Me alegra comprobar que, últimamente, en el mundo del vino y la enología cada vez se le concede más importancia al paisaje y a los ecosistemas que conforman los viñedos y su entorno.
            Tras la reciente candidatura del “Paisaje cultural de vino y el viñedo de La Rioja y La Rioja Alavesa” para ser declarado por la UNESCO “Patrimonio Universal de la Humanidad”, en 2015; la última y agradable sorpresa la pudimos leer en el periódico “La Rioja” del pasado miércoles 10 de septiembre, en un excelente artículo firmado por el Ingeniero Agrónomo y enólogo Antonio Remesal Villar, quién escribía lo siguiente:
            “Conversando con uno de nuestros grandes enólogos nacionales, Basilio Izquierdo, hasta hace unos años Director Técnico de bodegas CVNE, nos preguntábamos acerca de los factores determinantes de la calidad de la uva, aparte de la consabida edad del viñedo, el suelo o el clima, subrayaba el enólogo la poca atención que se presta al entorno próximo al viñedo: la vegetación próxima que crece en la misma viña y en sus cercanías, como ribazos, lindes, bosquetes e isletas dentro de la parcela, en los roquedos y taludes.
            Esos “recovecos” que por su pendiente, accidentalidad o escasez de tierra arable no se han labrado nunca, cumplen cometidos ecológicos y agrícolas esenciales. Estos recodos, joyas naturales, generan unas condiciones ambientales, e incluso, un microclima, muy beneficioso para las cepas de las proximidades. Según Basilio Izquierdo, este entorno, hasta hace poco inherente al viñedo riojano, da como fruto vinos con estructuras particularmente complejas, más finos y delicados, con óptima expresión cualitativa.
            Ya hemos alertado en estas mismas páginas de que, como consecuencia de la baja rentabilidad de los viñedos tradicionales, se está produciendo una progresiva reducción de estos viñedos singulares, la mayoría mediante reestructuración de los mismos.
            Las labores que han acompañado a esta adaptación de las estructuras agrícolas a otras más competitivas, han permitido una mejora de la eficiencia en las tareas de cultivo, facilitando el trabajo del viticultor de forma extraordinaria. Sin embargo, han supuesto un alto coste ecológico.
            A partir del año 2000, cuando se aprobó el esquema europeo de ayudas a la reestructuración y reconversión del viñedo, se han ejecutado miles de actuaciones de las contempladas en esta línea.
            La intervención más común, aquí al menos, ha sido la de arranque de viña vieja y preparación del terreno para plantación posterior en espaldera. El dinero europeo ha incentivado la acometida de proyectos con movimientos de tierras, creación de escolleras artificiales, inversión de perfiles del terreno, cambios en los cursos de agua, eliminación de pendientes por nivelación y otras tareas, más propias de colosales obras civiles, que de la simple adecuación de un terreno para el cultivo agrícola.
            El resultado, ligado a ingentes inversiones de muy dudosa amortización, ha dado lugar a parcelas de mayor tamaño, prácticamente llanas, con desmontes y terraplenes artificiales, geometrías y topografías que en muchos casos nada tienen que ver con las originarias.
            Es verdad que estamos en un sector muy competitivo, pero si queremos ser diferentes a otras áreas en las que el viñedo ha entrado a saco en los últimos años (con la intención de invadir los mercados mundiales a bajo coste) es preciso mantener las distancias mediante una agricultura respetuosa con el medio y que aporte algún valor añadido.
            Otros muchos colegas de la profesión como Juan Carlos Sancha, Enrique García Escudero, Juan B. Chavarri o Fernando Martínez de Toda, por citar algunos, son investigadores interesados en la preservación y recuperación de variedades minoritarias. A ellos les he escuchado resaltar muchas veces el interés de mantener la “foto fija” de lo que tradicionalmente ha sido Rioja, tanto por la excepcionalidad de los vino procedentes de estos viñedos como por el papel ecológico que desempeñan.
            La influencia que la vegetación próxima a la cepa tiene en el mosto, y en consecuencia en los vinos, he tenido la oportunidad de verificarla yo mismo. Me remitiré a una cata en la que se comparaban los vinos producidos en las distintas parcelas de un ensayo, con diferentes cubiertas vegetales en las calles de cultivo. Constatábamos entonces de forma unánime cómo la vegetación de las calles próximas daba lugar a diferentes aromas de los vinos.
            Trasladando esto a una pequeña parcela, imaginen la complejidad de aromas que se pueden generar en un viñedo rodeado de plantas como el tomillo, la retama, lavanda, romero, espino, hinojo, cola de caballo, manzanilla,… y árboles como olivos, almendros, robles, encinas, pinos… El mediático y reconocido naturalista Joaquín Araujo, destacaba en Laguardia el interés medioambiental de la agricultura que propugna “el paisaje del obstáculo”.
            La belleza de la asimetría, la accidentalidad, el cromatismo de cada cepa, de cada matorral o árbol, contrasta con la rutina de color y forma de las fincas plantadas en líneas perfectas de longitud infinita, con variedades, patrones y clones similares.
            Y es que, aparte de las características que en la calidad de la uva imprimen estos viñedos singulares, forman parte de un particular y precioso mosaico paisajístico en el que las vides conviven con otros cultivos como olivos, almendros, cereal, con zonas de pastizales, monte bajo y matorral, en parcelas en las que la ausencia de simetría y aparente desorden las hace particularmente bellas.
            Por otra parte, no es en absoluto desdeñable la función que este conjunto de cultivos y llecos tiene para la conservación de la biodiversidad botánica y faunística. Pájaros como gorriones, carboneros, jilgueros, perdices, codornices, abejarucos, becadas, cárabos, pinzones, petirrojos, arrendajos,… mamíferos como conejos, liebres, zorros, tejones, corzos,… o reptiles como lagartos y culebras, pueden verse cuando uno pasea por estos enclaves de biología tan variada.
            Es necesario un esfuerzo, lo mismo particular que por parte de las administraciones, para proteger estos viñedos y los valores asociados a ellos, fomentando si cabe las plantaciones de esta naturaleza, porque, aunque sabemos que son a menudo ajenas a la filosofía imperante de máximos rendimientos y puedan parecer anacrónicas, seguro no nos arrepentiremos de haber contribuido a su preservación”.
            Hace unos años hablaba sobre la presencia de valiosas levaduras (Candida pulcherrima) que durante el invierno y la primavera habitan en la hojarasca y el mantillo del suelo de ribazos, setos y montes próximos a los viñedos. En ellos habitan especies arbóreas que se están perdiendo, tan interesantes por su rusticidad y resistencia, como por el aprovechamiento de sus frutos y madera, tales como el Acerolo (Crataegus azarolus) o el Pomar (Sorbus domestica). O la reciente recuperación del valiosísimo e interesantísimo aprovechamiento de la madera de robles autóctonos para la fabricación de barricas, en las que criar vinos de extraordinaria calidad y todavía más genuinamente riojanos, si cabe.
Qué decir de los beneficios indirectos que conlleva la existencia de ribazos y montes en la vecindad de nuestros viñedos, ya que es en estos retazos de vegetación silvestre donde se refugia la fauna que combate numerosas plagas que atacan a nuestros cultivos, así como aquella otra fauna de pelo y pluma que hace las delicias del cazador y cuyas carnes tan armoniosamente se maridan con nuestros excelentes vinos.

Incluso el nombre de “Rioja” procede del río Oja, así denominado por la enorme cantidad de hojas de árboles caducifolios que arrastraban sus aguas durante el otoño, procedentes de los frondosos bosques de la Sierra de la Demanda.

Permitamos pues que los montes sigan engalanando y ennobleciendo nuestros viñedos con su presencia, proximidad e íntina conexión, dando colorido, madera, hongos y frutos. El vino, cada vez más, no se entiende únicamente como una bebida compleja elaborada a partir de mostos de determinadas variedades de uva que han atravesado diferentes procesos de elaboración y crianza, sino como el sabor de unas tierras concretas y singulares, en definitiva, como la esencia de un paisaje.

Resuena en el sombrero: Cinco vinos de Rioja maridados con la música de grandes películas: “VINO Y CINE”.
Fotos by Mad Hatter: Viñedos al pie de los Moncalvillos (Sojuela, La Rioja).

miércoles, septiembre 10, 2014

MADRID 1978 - 1985



La noche del 5 de octubre de 2011, pusieron en la 2 de TVE un programa sobre la “movida madrileña”, la cual, oficialmente, comenzó en 1980 con el famoso concierto de homenaje a Canito (batería de “Tos”, muerto en accidente de tráfico) en la Escuela de Ingenieros de Caminos, y terminó en 1985 con el cierre de la sala “Rock-Ola”.

No cabe duda que el cierre de aquella emblemática sala (inaugurada el 31 de marzo de 1981), así como la profesionalización y la comercialización que alcanzaron algunos de los grupos que surgieron entonces tuvo mucho que ver con el final de la movida, pero, como sabiamente dijo Alaska, todo ello forma parte del crecimiento y de una evolución lógica, y añadió: “En todo el tiempo que llevo viviendo en Madrid, nunca he visto que haya disminuido la creatividad”. También Moncho Alpuente dio en el clavo, cuando resaltó la subjetividad de muchos de los que “enterraron” la movida, gente mayor, adinerada, gerentes y directores de empresas (discográficas, periódicos, revistas, editoriales, emisoras de radio) que durante algunos años salieron a divertirse por la noche, disfrutando de un ambiente en el que desentonaban bastante por su mentalidad, edad y estilo de vida, pero que, una vez que encontraron pareja y “sentaron la cabeza”, como dejaron de salir, para ellos (y por ende para el resto) la movida terminó.

En realidad todo este asunto tiene mucho que ver con el término “underground”, como también dijo Alaska, la movida empezó con no más de 500 personas, entre grupos y público, era algo realmente minoritario, no había internet y todo se hacía a base de contactos personales, de manera artesanal y, por qué no decirlo, de forma bastante “cutrecilla”, la verdad. Si bien, la falta de medios era compensada con altas dosis de ilusión, honestidad y autenticidad. No se pensaba en el dinero, básicamente, se trataba de dar rienda suelta a la creatividad y de divertirse en una ciudad que estaba saliendo de una larga etapa gris de represión franquista, y en la que se dieron una serie de circunstancias como para que se produjese una efervescencia artística y cultural sin precedentes.

Lo que sucedió es que el asunto empezó a masificarse y a especializarse. Al principio no había estilos diferenciados o si los había, todo el mundo convivía y colaboraba amistosamente, todos se sentían parte de una misma “movida” e incluso intuían que estaban haciendo “Historia”.

Un claro ejemplo de la indefinición naif propia de esta fase adolescente de aprendizaje fue el grupo “Plástico” (ver video del final), formado en 1978 por unos chavales muy jóvenes (14 ó 15 añitos) quienes, al poco tiempo, tomaría rumbos muy diferentes, por increíble que parezca, en sus inicios coincidieron gente como: Eduardo Benavente y JorgeTotiÁrboles (respectivamente voz y batería, ambos provenían del efímero grupo “Prisma”, en el que coincidieron con Nacho Cano (“Mecano”), y ambos terminarían formando el legendario grupo de afterpunk siniestro “Parálisis Permanente”), Rafael Gutiérrez (posteriormente guitarrista de “Hombres G”), Luis Carlos Esteban(teclados) y Emilio Estecha (bajo), ambos miembros fundadores de “Olé-Olé”.


Con el desarrollo, crecimiento y madurez de la “movida”, empezaron a surgir cada vez más diferencias, en cuanto a estética, gustos y estilos. Alejo (Derribos Arias) recordó que, casi como una broma de bar, surgió aquello de las “Hornadas Irritantes” (Glutamato ye-yé, Derribos Arias, Siniestro Total y grupos más punkies) frente a los denominados despectivamente “Babosos” (Los Secretos, Mamá, Mermelada, Nacha Pop). Luego empezaron a copiarse del extranjero los nefastos hábitos de enfrentamientos violentos entre las diferentes “tribus urbanas” como entre rockers y mods o entre skinheads y hippies, que conducirían a la muerte de un chaval a las puertas del “Rock-Ola”, en 1985, y el consiguiente cierre de la sala.

Por otro lado, la gente de los grupos, dibujantes, pintores, escritores, etc. también se iban haciendo mayores, empezaron a tener familia y empezaron a pensar en obtener unos ingresos regulares para ganarse la vida dignamente, como todo el mundo. El crecimiento también supuso la pérdida de la frescura y espontaneidad juveniles de los primeros tiempos.

A mediados de los 80, la gente también empezó a crecer musicalmente, ya que, realmente, en Madrid no se había inventado nada nuevo, casi todo lo que se hizo estaba fuertemente influenciado por lo que años antes había comenzado en Inglaterra y Estados Unidos, principalmente, y la gente a la que de verdad nos interesaba la música empezamos a adquirir una mayor cultura musical y a descubrir lo que en España nos habíamos perdido durante los 50, 60 y 70.

A finales de los 70, nos encontrábamos inmersos en plena fiebre discotequera del “sábado noche” que se combinó con estilos autóctonos (copla, flamenco, rumba) para producir híbridos tan únicos como Las Grecas, Peret o Los Chunguitos; por otro lado estaba la canción protesta antifranquista o reivindicativa de las lenguas e identidades nacionalistas, especialmente de la cultura catalana (Serrat, Raimón); y luego estaban los artistas más folclóricos, melódicos o tradicionales: Manolo Escobar, Julio Iglesias, Raphael, Mocedades, Juan Pardo, Dyango, Mari Trini, María Ostiz, etc.

A la mayoría de la gente más joven todo este panorama nos parecía bastante aburrido y no había ningún artista con el que nos sintiésemos identificásemos, salvo quizás un incipiente rock urbano (Barón Rojo, Ñu, Obús, Topo, Ramoncín) con los que muchos de nosotros tampoco nos identificábamos, ya que nos parecían demasiado “macarras” y “heavies”.

Por eso cuando aparecieron Kaka de Luxe, Los Secretos, Mamá, Las Chinas, Ejecutivos Agresivos, Los Monaguillosh y otros grupos, con un aire tan desenfadado, distinto y divertido, mucha gente nos apuntamos al carro.

Cerrado el Rock-Ola, nos encerramos en Malasaña, y acudíamos a pequeños garitos como el “Malandro” y el “Agapo”, ya que entonces la “Vía Láctea” empezó a volverse demasiado “pija” para los más “auténticos”, término éste con el que se denominó a la gente que realmente estaba interesada en el Rock & Roll con influencias sesenteras y/o country que se estaba haciendo entonces en medio mundo. Mientras que los Rockers o Rockabillys más clásicos siempre tuvieron su cuartel general en el “King Creole” y vivían en su propio mundo, anclados en los 50.

Por su parte, el movimiento “afterpunk” o “gótico” que surgió al final de los primeros años de la movida, aunque oscuro y siniestro, fue adquiriendo un aire cada vez más tecnificado, electrónico y discotequero, acuñándose el término “Fruit Bat” (murciélago frutero) para describir a la gente que seguía con los pelos de punta y vestida de negro, pero que bailaba una música que ya poco tenía que ver con el Rock´n´roll.

Es decir, continuaba la absurda (aunque lógica) escisión y desunión de la “movida” que dio lugar a una “post-movida” que, básicamente, estaba compuesta por ocho corrientes: los seguidores del garaje y la psicodelia del revival sesentero; los que se apuntaron al denominado rock con raíces americano; los tecno-siniestros; los punkies más radicales; los rockers; los mods; los heavies; y quizás los menos “underground” eran a los que les gustaba el pop español torero o aflamencado (Gabinete Caligari, el Último de la Fila, Ketama, Martirio, Paco Clavel, etc.), pero continuaba existiendo una enorme efervescencia de grupos, fancines, sellos discográficos independientes, diseñadores de moda, pintores, dibujantes, escritores, directores de cine, etc. No existía “Rock-Ola” pero había salas lo suficientemente grandes, como el “Rock Club” y algunas otras, donde se daban conciertos bastante grandes. Es decir, la “movida” no había muerto en absoluto, simplemente había crecido, se había diversificado y permanecía de manera más o menos visible y con mayor o menor fama, dentro de la escena “underground”, en su mayor parte.

Resuenan en el sombrero: “El Patinete Homicida”.- Plástico (Madrid, 1978). “Recuerda”.- Seres Vacíos (Madrid, 1984) con Ana Curra a la cabeza, quien fuera la auténtica musa de la movida madrileña, que sigue muy activa pisando fuerte los escenarios en compañía de los no menos legendarios César Scappa (ex- Escaparates), José Battaglio (ex- La Frontera y Seres Vacíos) y Manolo UVI (al bajo).

martes, septiembre 02, 2014

AROS





Las Aráceas constituyen una familia de plantas herbáceas monocotiledóneas que se caracterizan por su curiosa inflorescencia en forma de espádice (espiga carnosa rodeada por una hoja modificada llamada “espata” que se asimila a un “pétalo”), la más conocida es la de las Calas (Zantedeschia aethiopica). De hecho, la inflorescencia más grande del mundo pertenece a otra especie de esta familia, el Aro titán (Amorphophallus titanum), que alcanza una longitud de 2,70 m., 1 m. de diámetro y 75 kg. de peso, creciendo a un ritmo de 10 cm. al día. Habita en las selvas de Sumatra (Indonesia) y despide un fétido olor a carne podrida, al objeto de atraer a las moscas encargadas de polinizar las flores.
Pero… ¿Realmente se necesita una flor tan gigantesca para atraer a insectos tan pequeños como las moscas? En el interior de las frondosas y espesas selvas, apenas hay viento, por lo que se requiere una gran chimenea en forma de embudo que disperse el pútrido aroma en el sereno y cálido ambiente.
El espádice es una sofisticada trampa atrapamoscas o, mejor dicho “secuestramoscas”, de manera que en el estrechamiento de la espata hay unos pelos dirigidos hacia abajo que impiden que salgan los insectos temporalmente atrapados en su interior, al objeto de que polinicen las flores femeninas, después maduran los estambres que liberan el polen que queda adherido al peludo cuerpo de las moscas, en ese momento los pelos de la espata caen y los dípteros salen al exterior cargados de polen y dispuestos a volver a entrar en otra de estas pérfidas flores, atraídos por su irresistible aroma.
En los bosques templados también hay aros, en Europa tenemos el Aro manchado (Arum maculatum), propio de hayedos y bosques atlánticos, y el Aro italiano (Arum italicum), de zonas más mediterráneas y frecuente en nuestros setos, sotos y riberas. Aquí no alcanzan el descomunal tamaño del Aro titán, pero cuentan con una curiosa característica única en el reino vegetal, como es la de elevar su temperatura hasta 15º C por encima de la temperatura ambiente, de manera que el espádice (1ª foto), además del fétido aroma, cuenta con el atractivo extra que supone una temperatura próxima a los 30º C.
Este incremento de temperatura se produce únicamente en el momento en el que aparece el espádice, en el mes de abril, al objeto de atraer a las moscas que llevan a cabo la polinización. Durante el resto de la primavera y el verano maduran los frutos en forma de baya, primero de color verde que van adquiriendo un llamativo color naranja o rojo coral (ver 2ª foto).
Toda la planta es tóxica (contiene aronina y ácido oxálico), por lo que, aunque tiene propiedades medicinales, sólo debe utilizarse en aplicación externa, como se hace con el emplasto resultante de machacar las hojas, para aliviar las quemaduras, o el rizoma para ablandar los callos.
Este rizoma contiene un 70% de fécula, por lo que una vez puesto a remojo y bien cocido, se eliminan las sustancias tóxicas y constituye un nutritivo alimento.
Al contrario de lo que sucede con las plantas discretas que pasan desapercibidas y que incluso suelen carecer de nombre vulgar, los vistosos y enigmáticos Aros son conocidos por multitud de nombres, tales como: Achitabla de culebra, Alcatraz, Araa, Aro, Arón, Arun, Barba de Aarón, Barba de arón, Cala, Candiles, Comida de culebras, Culebreña, Culebrera, Dragontia menor, Flor de primavera, Hoja de culebra, Hojas de fuego, Humillo, Jarillo, Jaro, Jarro, Jumillo, Manto, Pie de becerro, Primaveras, Rabiacana, Rejalgar, Sumillo, Sumillo loco, Taragontia, Tragontina, Vela del diablo, Velas del diañu, Yarillo, Yaro, Yaro común, Yerba del quemado, Zumillo.
Resuena en el sombrero: Últimamente no salimos de Italia, pero una planta tan psicodélica y misteriosa como el Aro se merece que traigamos a colación a la banda italiana más famosa del revival del garaje sesentero, a mediados de los 80 (contemporánea de los “Rescuers” ¡Increíble que no la haya puesto hasta ahora!), como son los Sick Rose y su tema “Everybody Wants to Know”.- Sick Rose (Torino (Italia), 1986).
Fotos 1 y 2 by Mad Hatter tomadas en La Rioja: Espadice (1) y bayas (2) de Arum italicum.

lunes, septiembre 01, 2014

INVASORES AMERICANOS




Uno de los primeros recuerdos que conservo de mi infancia es ver el fregadero de la cocina de mis tíos, en Logroño, repleta de cangrejos de río vivos, removiéndose en el agua con sus corazas de colores pardos, ocres y verdosos que, al ser introducidos en una cazuela con agua hirviendo, se tornaban de un vistoso tono rojizo, en pocos segundos, ante mis horrorizados ojos abiertos como platos. Si bien luego disfrutaba como un enano (nunca mejor dicho dada mi corta edad) comiéndolos con aquella sabrosa salsa de tomate, ligeramente picante.

En aquella época, primeros 70, solíamos ir a merendar a la ribera del río Iregua (afluente del Ebro) y mi tío, lo primero que hacía era colocar unos reteles con unos apestosos cebos de carne en descomposición en su interior, los cuales recogía al marcharnos, a última hora de la tarde, repletos de cangrejos.

Entonces, esta especie de crustáceo dulceacuícola, de nombre científico impronunciable (Austropotamobius pallipes) era francamente abundante, tanto en los ríos como en las acequias de riego. Sin embargo, en pocos años sus poblaciones quedaron prácticamente extinguidas.

Años más tarde, cuando estudié la carrera, me enteré que había sido debido a una enfermedad causada por el hongo Aphanomices astacii, transmitida por los cangrejos americanos (Procambarus clarkii), llamados rojos o de las marismas, que fueron traídos por la Administración, en 1974, a centros de cría experimentales para probar su explotación comercial, el problema fue que algunos escaparon y se extendieron rápidamente por todo tipo de zonas húmedas, debido a su elevada adaptación a una gran diversidad de hábitats y a su alta tasa de reproducción.

Este cangrejo rojo es de bastante peor calidad gastronómica que los autóctonos, por lo que en algunas zonas se trató de suplir su ausencia con otro cangrejo americano más robusto y propio de aguas limpias, denominado Cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus), que también es transmisor de la afanomicosis, por lo que nuestro cangrejo autóctono está en vías de extinción y únicamente ha logrado sobrevivir acantonado en algunos escasos rincones de arroyos de montaña a los que no han conseguido llegar sus competidores americanos.

Otro problema que produce el cangrejo rojo es que al horadar las riberas con las galerías que le sirven de refugio, produce el vaciado o alteraciones indeseables en los niveles de agua de las balsas artificiales en las que se cultiva el arroz.

El consumo de esta especie entraña riesgos para la salud, ya que gran parte de las capturas eluden el control sanitario, por lo que estos cangrejos de hábitos carroñeros pueden transmitir enfermedades como la tularemia o acumular contaminantes en sus tejidos.

Este tema ya lo traté de pasada al hablar de especies invasoras en el Ebro, como el Castor, entre otras.

Resuena en el sombrero: “Tu Vuò Fa´ L´Americano”.- Renato Carosone (Nápoles (Italia), 1958).

Fotos by Mad Hatter tomadas en La Rioja: 1º) Cangrejo rojo o de las marismas (Procambarus clarkii), con sus características espinas rojizas en las pinzas. 2º) Cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus), así denominado por las manchas blancas que luce en las pinzas.