lunes, febrero 04, 2013

HOLLY FEBRUARY


La heladora madrugada del 3 de febrero de 1959, la avioneta en la que viajaban Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper se estrelló en un campo de maíz de Iowa, impidiendo que uno de los artistas más influyentes en la música del siglo XX llegase a la prodigiosa década de los 60, muriendo a la temprana edad de 22 años.

Casi exactamente 4 años después, el 2 de febrero de 1963, nacía en Oxon Hill (Washington D.C.) una niña llamada Eva Cassidy (2ª foto) que se haría famosa años más tarde por hacer versiones de temas de jazz, folk y rock, cantándolos con su conmovedora voz, entre los temas que interpretó se encuentra “It doesn´t matter any more” de Buddy Holly. A los 33 años de edad, en 1996, Eva murió de cáncer.

Resuenan en el sombrero: “It doesn´t matter any more”.- Buddy Holly (Texas, 1958), y la preciosa versión que hizo Eva Cassidy, publicada en 2002, dentro de su álbum “Imagine”.

El verdadero nombre de Buddy Holly era Charles Hardin Holley, lo de “Holly” fue un error de trascripción producido al inscribirse en la compañía de discos, y “Buddy” era su apodo familiar. “Holly” significa “sagrado” en inglés y también es como se conoce al “Acebo” (género Ilex), la flor de Bach para sentimientos negativos como el odio, la envidia y los celos.

El Acebo europeo (Ilex aquifolium) es un gran arbusto o árbol perennifolio, característico de los bosques templados del viejo continente (la asociación fitosociológica de los hayedos (Fagus sylvatica) sobre suelo silíceo se denomina “Ilici-Fagion”).

Es realmente sorprendente que sea capaz de mantener el verde lustroso de sus duras hojas durante todo el invierno (4ª foto), una adaptación milenaria a partir de los ancestros que habitaron las selvas tropicales del Terciario, tal y como sucede actualmente con la especie autóctona de las laurisilvas Canarias, denominada Acebiño (Ilex canariensis).

El desarrollo de pinchos en el borde de sus hojas también es una adaptación ecológica, en este caso para defenderse de los fitófagos. Es por ello que las hojas que crecen a más de 2 metros de altura sobre el suelo, fuera del alcance de ciervos, vacas y caballos, carezcan casi por completo de pinchos. Mientras que los brotes y matas más bajas, recomidas por el ganado, son francamente pinchudas.

De su corteza (triturada, hervida, fermentada y lavada) se extraía la “liga”, un pegamento natural que era utilizado para capturar pájaros cuando se posaban en las ramas impregnadas con este producto. Esta polémica modalidad de caza todavía se puede practicar legalmente en algunos lugares donde es tradicional, con el nombre de “parany”.

Da la impresión que la palabra “Holly” está irrevocablemente ligada a una especie de maldición o mal fario (toquemos madera, de cualquier árbol menos del Acebo).

Las bayas rojas del Acebo son un tradicional adorno navideño, cuya extracción del medio natural está prohibida en muchas Comunidades Autónomas, debido al gran valor que tienen como alimento para la fauna silvestre en esta dura época de escasez. Si bien, a estas alturas del invierno, casi todos los frutos ya han sido consumidos por una gran variedad de aves, como el Ampelis europeo de la tercera foto que, con sus bellos colores, consiguen alegrarnos el frío y duro invierno ¡Que buena falta nos hace!

4ª foto by Mad Hatter.

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