viernes, abril 13, 2012

AGUJERO DE AGUA




Por fin se han abierto los cielos, con abril llegan los anhelados frentes borrascosos, “en abril aguas mil”, de repente un oscuro nubarrón se cierne sobre nuestras cabezas y descarga un chaparrón, “abriladas” que decía mi abuela.

El agujero en el viejo tronco del pino caído se llena de agua y hace crecer en su costado el hongo de pudrición (Fomitopsis pinicola), mientras que en el suelo del bosque, entre la hojarasca de las hayas, la pinocha y el musgo, asoman tímidamente los sombreros grisáceos de las apreciadas “Setas de marzo” (Hygrophorus marzuolus), unas auténticas delicias, así llamadas porque típicamente salen en marzo, al derretirse las nieves, pero lo cierto es que pueden salir desde febrero a junio, dependiendo del año y de la altitud.

Los “marzuolus” son francamente difíciles de encontrar, ya que apenas sobresalen del suelo. Son muy buenos comestibles, aunque tampoco es que tengan mucho sabor, pero su suave, tierna y carnosa textura es incomparable. Al freirlas en aceite de girasol (para no enmascarar su gusto sutil), sueltan bastante líquido, se añade un diente de ajo en láminas, un par de huevos, una pizca de sal u toque de pimienta, un puñado de jamón serrano picado y… ¡Ummm! ¡Se me hace la boca agua!

Resuena en el sombrero: “Waterhole”.- The Outlaws (Tampa (Florida), 1975).

Fotos by Mad Hatter: 1 y 2) Fomitopsis pinicola sobre tronco muerto de Pinus sylvestris. 3) Hygrophorus marzuolus en el suelo de bosque mixto de pinos y hayas de la Sierra de Cameros.

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